Buenas y nuevas son las que os traigo en esta tarde de miércoles de septiembre, en la que inspirada me encuentro…
Debido al Covid-19 en el que nos encontramos y a mis ansias por seguir creciendo en el camino del arte escénico, he decidido viajar a París para realizar la escuela de teatro de Philippe Gaulier.
¿le conocéis? Un gran maestro, domador de artistas. Si, así como lo leéis: domador de artistas. Este señor es capaz de meter tu ego en una batidora, triturarlo y crear una masa moldeable a los tiempos que corren. Así lo comprobé en el invierno del 2018 que viajé a Serdeña a realizar un curso de bufón de una semana con él. Fue increíble, y aunque doloroso, viví un reseteo artístico muy interesante. Por ello, y por que parece que la “cultura segura” está limitada, este otoño/invierno apuesto por mi aprendizaje y a la Francia que me voy. Espero realizar algún espectáculo pronto y así anunciároslo, mientras tanto, como osa fiel, voy a hibernar en la ciudad parisina para seguir haciéndoos reír de lo lindo allí donde me encontréis.
Y dos frases que me inspiran para este nuevo proyecto vital:
“Cuando no podemos seguir soñando, morimos”, de la gran anarquista rusa Emma Goldman.
“La vida es el proceso de llegar a ser”, de la escritora rusa Anaïs Nin.
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