A finales de marzo comencé mi andadura por La Escalera de Jacob, un espacio de arte escénico situado en la calle Lavapiés, en el centro de Madrid.
Lavapiés es cosmopolita por excelencia, la diversidad es la firma de estas calles; y los vestidos de flores y rayas, junto a la multitud de sonrisas de vida, son su marca de agua. Así, los espacios que en este barrio se generan son lugares llenos de magia y variedad. Esto es lo que La Escalera de Jacob es y yo, tengo la suerte de formar parte de esta pluralidad de propuestas escénicas.
La Escalera de Jacob es “un proyecto cultural nacido en diciembre de 2005 en el que buscamos dar espacio a distintas propuestas artísticas en un ambiente íntimo en el que puedas sentirte parte del espectáculo.
La actividad de nuestro local en Lavapiés se enfoca en el teatro, tanto para niños y bebés como para adultos; podrás encontrar comedias, microteatro, obras de magia, mentalismo o improvisación. Alguno de nuestros espectáculos llevan con nosotros varios años, ya que apostamos por la calidad y la continuidad de las compañías.
También tenemos un hueco para el cine -con el Festival de Cortometrajes Cortos con Ñ– y la formación, con talleres regulares e intermitentes durante todo el año. Además, contamos con un precioso bar, con terraza abierta en temporada.
Tenemos un lema claro: queremos construir un espacio cada día para que tú sólo te tengas que ocupar de disfrutar”.
Anotaré que efectivamente he sentido formar parte de este proyecto desde el primer día que pisé el primer adoquín del primer peldaño que la puerta de entrada tiene este local. Todas las personas integrantes de este espacio aman el arte, por lo que lo cuidan, y eso se percibe rápido.
¡Qué circo de mujer! ha tenido muy buena acogida. Hemos estado allí durante todos los meses, todos los sábados a las cuatro y media de la tarde, y algún que otro domingo a las doce y media. Y aunque la temporada de verano baje el telón debido a que voy a realizar otros proyectos más calurosos, diré que en septiembre continuaremos en cartelera y con más fuerza que nunca para que no se quede libre ni un asiento del teatro. Así que quedáis a la espera de nuevas noticias para que podáis disfrutar de ¡Qué circo de mujer! en una sala hermosa y muy acogedora situada en el centro de Madrid, porque volvemos una puerta para abrir otras, pero ¡eso no quiere decir que la cerremos del todo!
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